Al ver los mármoles de Elgin

Mi alma es demasiado débil: la mortalidad
pesa sobre mí como una permanente pesadilla
y cada cumbre imaginada, cada escena de adversidades concebida,
me recuerda que debo morir
viendo el cielo como águila herida.
*
Y, aun así, es un hermoso lujo poder llorar
que no tengo que mantener frescos
los nublados vientos por la mañana.
*
Tales glorias a penas concebidas por mi cerebro
me llenan el corazón de una indescifrable angustia;
así como estas maravillas me despiertan un inestable sufrimiento
que es como sentir la grandeza griega
más la grotesca Pérdida del viejo tiempo,
que es como ver al sol –sombra de una magnitud–
tentar el furioso mar.
***
Traducción libre de “On Seeing the Elgin Marbles” de John Keats.