Fin de proceso “Cartas a un joven diseñador”

Jorge Cano Febles
13 min readMay 21, 2022

A continuación comparto detalles sobre el proceso creativo de Cartas a un joven diseñador, ya para dar por cerrado este tema.

Medio literario vs Publicaciones de arte

La razón principal por la que decidí ubicar el libro en una editorial de arte y no en el medio literario mexicano es que detestaba en 2019 el medio (el RP, los grupos, la zalamería, el mercado de fama, la frivolidad, etc.). Para desarrollar este proyecto quería un terreno más “artístico”, político y experimental y menos “literario”, inocuo y convencional. Aunque mi opinión sobre el medio ha cambiado radicalmente en este par de años, esa era mi postura inflexible cuando escribí el texto.

En este sentido, el ecosistema de publicaciones de arte mexicano nos parecía más atractivo, a pesar de que ahí se producen principalmente publicaciones con contenido visual y de ser una red que carece de los alcances mercadológicos, económicos y culturales del medio literario. Destaco estas virtudes de la red: está formada por artistas, gestores, curadores, investigadores y trabajadores de la cultura verdaderamente talentosos y comprometidos; ahí se producen, además del material visual, excelentes textos heterodoxos tanto literarios como teóricos; existe mayor libertad para comerciar y publicar ideas radicales; existe también un dialogo incesante con creadores de otros países; y, por último, está en el centro del efervescente sistema de arte contemporáneo mexicano.

Entonces, publicar ahí es publicar al margen del medio literario, pero en el centro de un ecosistema artístico realmente dinámico. Esto lo puede confirmar cualquier persona que asista a una feria de publicaciones de arte, como la Index Art Book Fair.

Afortunadamente encontramos una casa perfecta para nuestros objetivos contestatarios de ese momento con la Red de Reproducción y Distribución (RRD).

Sobre el libro-objeto

La idea era hacer el libro con nuestras manos, con nuestro talento y recursos limitados (unos 5 mil pesos), sin necesidad del medio literario y el mercado, justo como comentario crítico. Al seguir este camino, queríamos hacer ver que cualquier persona (con sus manos, talento y recursos limitados) puede imitar el proceso y producir obra, arte y literatura.

El libro acabó siendo un libro-pieza. Anuar se encargó del arte y la materialidad del proyecto, y el producto final quedó hermosísimo. Los colores, la portada, el acomodo interno, en todo se buscó un rango clásico. En esto la coordinación con la RRD (Bruno Ruiz, Sergio Torres, Alberto Vivar, María José Cruz y Joel Ortega, que son artistas-artistas, y extraordinarios) fue determinante.

El libro fue fabricado en varias sesiones en el taller de la RRD, en la Fundación Los Mierdas, en la colonia Escandón, a finales de 2020.

Sobre la autopublicación

En mi caso, que me encargué de la escritura, la autopublicación me permitió tener completa soberanía artística sobre todo el texto. Esto fue benéfico para mi caso porque tengo varios años de experiencia editorial para medios públicos o clientes privados. Es decir, además de escritor, sucede que también soy un editor profesional; voz y productor. Y este es un hecho biográfico, personal, único. Por esto mismo, aunque yo seguí este camino, no recomendaría el camino de la autopublicación a nadie más, mucho menos a los escritores jóvenes. La autopublicación no es una buena práctica. Cualquier texto se puede ver beneficiado del trabajo de un editor profesional (agente fundamental en la conversación) o de la revisión de pares.

Proceso de redacción

El texto lo produje muy rápido, en tres semanas, entre noviembre y diciembre de 2019. En ese entonces estaba tomando Valium para tratarme un estrés postraumático por un evento en un avión en abril de ese año. Como no tenía depresión, el antidepresivo me brindaba una vitalidad descomunal; dormía poco, trabajaba mucho, volaba por la ciudad. En ese estado de euforia artificial escribí el libro. También tenía una necesidad de hacer algo “juvenil”, arriesgado, ígneo, como colofón a mis veintes. Todo esto influyó en el proceso del proyecto y particularmente en el texto.

El libro lo escribí en la Torre Constituyentes 41 de Alberto Kalach (uno de mis edificios preferidos en toda la Ciudad de México), donde está la oficina en la que trabajé de 2017 a 2020.

Sobre el texto

El texto del libro es muy raro. Es un libro de superación personal pero también un panfleto político; un libro que hace el argumento a favor del arte vanguardista pero también un manual, un libro de aforismos y apotegmas radicales y también un libro de crítica de arte. Como era mi primer libro, intenté armar una suerte de bomba literaria; algo inolvidable, único y radical. El texto tiene influencias formales y de fondo muy específicas.

Una referencia directa es Mexiconceptual (2017) de Heriberto Yépez, del que tengo la versión física, que le compré en su momento a la curadora Violeta Horcasitas en la banqueta de la Galería Hispánica Contemporánea. Ese libro me gusta mucho y de ahí saqué la idea de escribir el texto en prosa, así como ciertos registros y tonos.

Otra influencia formal directa es la obra de Roland Barthes, que había leído un año antes. Particularmente la etapa de los setenta del crítico francés, la de mayor experimentación formal (El placer del texto [1973], Fragmentos de un discurso amoroso [1977] y La cámara lúcida [1980]). Siento que esos libros de Barthes son como ciertas exposiciones de arte contemporáneo en que conviven piezas en diferentes formatos en un espacio reducido. La idea de utilizar diferentes voces para avanzar progresivamente diferentes argumentos la tomo indudablemente de ese Roland Barthes.

También este libro se inscribe en un panorama amplio de experimentalismo en la literatura mexicana contemporánea. Sobre esto, por ejemplo, el escritor Jorge Carrión ha dicho que “la mejor literatura experimental se está escribiendo en México”. Aunque no sé si esto sea cierto (porque no sé lo que se está haciendo actualmente en otras literaturas), es un hecho que existe esta tendencia de experimentalismo en nuestras letras. Yo lo veo particularmente en las obras literarias o digitales de escritores como Sara Uribe, Verónica Gerber, Pierre Herrera, Yolanda Segura, Elisa Díaz Castelo, Canek Zapata y autores más consolidados como Julián Herbert y Cristina Rivera Garza, entre otros, así como en algunos de los libros de ensayo publicados por el Fondo Editorial Tierra Adentro (FETA) en los últimos años. Ese experimentalismo me gusta, me ha influido en cierto sentido y con este libro busque contribuir a esa ola de creación artística y literaria.

El tono y los registros de superación personal (individualistas, casi neoliberales) están tomados del Hip Hop y los blogs de superación personal gringos.

Otra influencia directa es La sociedad del espectáculo de Guy Debord, libro que me encanta y que creo que sí se lee mucho en el gremio literario mexicano. Una de las intenciones del texto es que casi cualquier frase se pueda desprender del texto, descontextualizarse y leerse como una frase autónoma; esto indudablemente lo saqué de Debord.

Influencias directas sobre la parte política: la Escuela de Frankfurt, los libros teóricos de Siglo XXI y los libros de teoría radical dura, como los de la Colección 70 de Grijalbo.

El libro también es deudor por supuesto de Horizontal y por eso está dedicado a Humberto Beck, Rafael Lemus, Mario Arriagada y Francisco Roberto, compañeros de viaje y de ideas. Las reflexiones sobre la politización del arte de este libro son el resultado de conversaciones iniciadas en ese proyecto en 2015.

Arte político

En el debate sobre si el arte político es valioso o no, este libro reivindica que sí, particularmente el arte político vanguardista, innovador. Y con esta postura no se pretendía reivindicar solo ciertas obras sino una tradición que va de las vanguardias a M.I.A o Shaking the Habitual de The Knife, o en México de lo mejor del muralismo a lo mejor del arte popular contemporáneo, como los sonideros y los tianguis.

Parafraseo lo que escuché hace unos años a una brillante integrante de Biquini Wax en una de las sesiones del Templo de Estudios Subcríticos en la colonia Buenos Aires (al que asistí un par de veces en 2017, siempre recibido con mucha amabilidad por el talentoso Daniel Aguilar Ruvalcaba), a propósito del debate de mediados del siglo pasado entre los apologistas del arte abstracto estadounidense y los defensores del arte político latinoamericano: “El arte en América Latina tiende a ser político porque nuestras sociedades, convulsas, hambrientas y atravesadas por problemas perennes, son políticas”.

Este libro presenta, entonces, argumentos a favor de esa tradición.

Video secreto

El libro está acompañado con un video secreto que se encuentra en este enlace. El enlace está anotado en una página en el libro. La idea era que los lectores sintieran curiosidad con el enlace y eventualmente lo buscaran en sus computadoras, algo que creo que no sucedió en ningún caso. En fin. El video es un comentario crítico al medio cultural (excesivamente frívolo y blanco) de la etapa oligárquica. El video es una buena crítica a las élites mexicanas de 2000 a 2019.

La gráfica

El libro contiene una gráfica que acomoda diferentes proyectos, según los valores del libro (no los nuestros). La gráfica es una broma, y es una broma datada, hecha en un mundo anterior a la pandemia. No pretendíamos un nuevo acomodo del canon sino hacer un comentario (crítico, corrosivo) sobre el estado de la cultura y el arte en México a diciembre de 2019. La idea de la gráfica la tomé del documento YOUTH MODE A REPORT ON FREEDOM de la organización K Hole, que es un tratado sobre lo que luego sería el normcore (que hoy ya conquistó, por cierto, la hegemonía estética) y uno de mis textos contemporáneos favoritos.

De volver a hacer la gráfica, añadiría a la galería queer Salón Silicón y también a la drag Posse Es Posse. La idea de la gráfica era trashear proyectos viejos y consolidados, aplaudir proyectos jóvenes e incomodar al lector. Por ejemplo, Lars Von Trier fue ubicado con la exclusiva intensión de irritar.

Medio literario: cambio de opinión

En general mi tema es este: con la pandemia y la crisis humanitaria, económica, sanitaria y política de estos años todo cambió. Y particularmente la cultura en todo el mundo vive un momento de menor producción y de falta de creatividad, ya sea por cuestiones económicas, políticas o de salud mental. A esto hay que sumar en el caso local el proceso de estigmatización y asedio permanente de Morena y el Gobierno Federal hacia las minorías intelectuales, artísticas, académicas, periodísticas y científicas; el respeto de la nueva casta política (tan triste y mezquina en este punto, tan oportunista y corta de miras en general) hacia los creadores profesionales es nulo, es decir, el respeto hacia los creadores en nuestra República se ha perdido (y este es un dato, un hecho histórico, un rasgo del estado de las cosas). En este contexto, cierta crítica de proyectos de pares me parece innoble y hasta cruel. En otras palabras, me incomoda la posibilidad de que la crítica de arte hecha hoy se confunda con las campañas sistemáticas y cobardes de difamación en boga desde el poder central efímero que forman parte del proceso general de destrucción cultural e institucional arbitrario y grotesco de la 4T.

Antes había más poder en la cultura, una producción permanente cada semana aquí y sobre todo fuera, y en ese mundo hacía sentido la crítica; y, por esto, había una necesidad en el espacio público de ejercer curadurías sobre el exceso para identificar y conversar con lo interesante y excelente y para amortiguar la charlatanería, buscando siempre en el ámbito local en los espacios apertura a nuevas voces y en general la promoción de talentos jóvenes.

Como el libro fue escrito unos meses antes de la pandemia y se iba a publicar unos meses después de iniciar el encierro, incluso pensé en cancelar el proyecto (por el exceso de crítica a pares o, más bien, por ser un texto de crítica de arte que nacería en un contexto de crisis humanitaria). Lo sentía descontextualizado. Para que no hubiera malentendidos, Guillermo González de APRDELESP me recomendó ponerle fecha, lo cual hice al final del texto.

Este texto es entonces un texto de 2019, concebido en ese mundo; un mundo desgarrado, un mundo que ya no existe.

Quisiera decir también que hoy mis antagonismos ya no están en el medio literario, en el gremio cultural o en el medio artístico.

Fiesta de cumpleaños y poema radical

La alianza artística con Anuar inició en mi cumpleaños de diciembre de 2019 que fue como una fiesta-Obra. Intervenimos una fonda con 500 pesos, para hacer un espacio popular pero de vanguardia. La fonda que intervenimos es una fonda que se encuentra en la calle Guanajuato en la Roma Norte, a media cuadra de donde vivía.

También realizamos este poema en febrero de 2020 antes de la pandemia y de fabricar el libro. La idea del poema es que fuera una pieza que acompañara el proceso creativo del libro. El poema apareció en 2021 en la extraordinaria publicación de Chicago Counter Signals de Jack Henrie Fisher y Alan Smart, que conocimos en la Index Art Book Fair de 2020 en kurimanzutto, como narro en este post. Decidí quitar aquí unilateralmente el nombre del tercer autor que había invitado originalmente al poema para no manchar el proyecto y el trabajo de Anuar y la RRD y todos los que han acompañado este proceso (fue un error mío invitarlo al poema; un pequeño error que asumo).

Si llegáramos a publicar Cartas un joven diseñador en una editorial establecida en el futuro, este poema debería aparecer en el libro como un anexo.

Counter Signals se vende en Casa Bosques y librerías especializadas similares en Chicago, Nueva York, París, Barcelona y Glasgow.

Presentación del libro

Para hacer algo diferente a las presentaciones literarias, hicimos una intervención en el puesto de la RRD en Gral. Pedro Antonio de Los Santos el sábado 12 de diciembre. Así quedó el puesto.

El video promocional de la presentación se puede ver aquí, en el Instagram de la RRD.

En la presentación en el puesto de la RRD regalamos este volante como ejemplo de “arte político”.

Buenas razones para criticar el proyecto opulento, innecesario, centralista y priísta del Complejo Cultural Chapultepec se pueden leer en los excelentes textos críticos de María Minera en Nexos.

Presentación formal

La presentación formal la realizamos en línea en la biblioteca Aeromoto el 15 de abril de 2021 con la excelente curadora, crítica y escritora Sandra Sánchez, que fue una estupenda lectora del texto.

A la par, en la nueva sede de Aeromoto en Seminario 12 en el Centro Histórico, se exhibieron por unas semanas las maquetas y primeras versiones del libro (como se muestra en unas fotos abajo). Una copia del libro está en el valioso acervo de Aeromoto.

Íbamos a hacer una presentación en el Carrillo Gil, en la residencia de la RRD de 2021, pero no pudimos porque por la pandemia yo me quedé encerrado en casa de mis papás en el Caribe mexicano. Esta presentación hubiera sido una dinámica hermosa en lo personal, ya que, durante mis años de estudiante en el ITAM, cuando vivía en la colonia Tizapán, el tercer piso del Carrillo Gil fue uno de mis lugares predilectos; es más, fue uno de los espacios que me abrió los ojos al arte contemporáneo mexicano o al menos al zeitgeist estético de 2009–2012.

Después de esto

Me gustaría publicar otros dos textos parecidos para conformar, como mínimo, una suerte de “Trilogía marginal”, antes de transitar y empezar a ubicar mi obra en el medio literario y la academia.

El libro está a la venta en el Big Cartel de la RRD. Y algunos ejemplares quizá estén en las librerías Exit, La Moraleja y Casa Tomada.

El proceso está resumido en este hilo.

Sin más,

F I N D E L P R O C E S O.

J.

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Jorge Cano Febles

(Chetumal, 1989). Escritor, editor, politólogo. Libros: Cartas a un joven diseñador (RRD, 2020), Sopa de huesos (RRD, 2022).